Los seres humanos poseemos en nuestros genes módulos que facilitan el aprendizaje en ciertas áreas y que incluso pueden ser estimulados durante la etapa prenatal. El primer módulo de desarrollo descubierto es el del lenguaje y es por eso que ahora, desde que el niño está en el vientre materno, se nos pide que le hablemos y conversemos con él. Lo sorprendente por las ecografías es que el feto responde a la voz humana y sobre todo a la de la madre.
Los otros módulos son el de Matemáticas, por el cual, desde las primeras semanas de nacido, los bebés saben cuándo hay muchos o pocos elementos; el de Ciencias, que los enfrenta al mundo para reconocer la gravedad; y el módulo de Arte, que le permite el reconocimiento de figuras y representaciones gráficas. Ustedes pueden haberse dado cuenta de cómo los bebés observan las pinturas y las fotos y se quedan absortos.
Existen otros dos módulos: socioemocional y psicomotriz, que les permiten a los niños comprender la importancia que tienen los adultos significativos para él. El recién nacido necesita de su madre para poder sobrevivir y a eso se le llama apego. Es un vínculo muy intenso de carácter afectivo con la mamá y el papá. Por eso ahora se recomienda que sean ambos los que reciban al bebé cuando nace. Es en ese momento en el que se establecen los vínculos afectivos más intensos y más importantes para un buen desarrollo socioemocional.
El módulo psicomotriz es el responsable de los movimientos y desplazamientos que el niño tiene que hacer, en los que requiere de la ayuda y la cooperación de sus padres. Ahora pueden darse cuenta de que las nuevas expectativas de los papis están yendo en la dirección del desarrollo socioemocional y cognitivo. Estos desarrollos requieren dedicación, cuidado e interacción y a eso se le llama “formato de interacción lúdica”.